Cada vez que entramos en una página recibimos una advertencia: “Este lugar utiliza cookies… “ Se nos avisa, y se nos obliga muchas veces a dar a “aceptar” para proseguir con la navegación. Casi siempre damos a aceptar sin cuestionárnoslo con tal de poder seguir con lo que estábamos haciendo. Sin embargo, es bueno saber a lo que nos estamos exponiendo.
¿Qué son las cookies de internet?
Cuando visitas una web por primera vez en tu ordenador se descarga un pequeño archivo de texto que contiene información que puede ser leído por el servidor web la próxima vez que entres ese mismo sitio. Ese archivo de texto (que ocupa 255 caracteres o menos) es lo que llamamos una cookie. Las cookies tienen un tiempo de vida limitado.
¿Por qué se llaman cookies?
La analogía con las galletas está vinculada a la idea de que, cuando uno navega en la red, al igual que cuando come galletas, deja una serie de rastros que aportan información sobre las preferencias del usuario: las “miguitas” de las galletas equivalen a las pistas plenamente identificables que uno deja tras navegar. Estas galletas: ¿eran dulces o saladas? ¿O de ambos tipos? Para averiguarlo bastará con analizar el residuo, o rastrear el historial de navegación.
¿Para qué sirven?
Las páginas web recopilan datos de los visitantes para fines estadísticos, ofrecer determinados servicios y, en definitiva, conocer mejor a quién entra en el sitio. De primeras podemos decir que no es algo que vaya a afectar negativamente a nuestra privacidad ni seguridad.
Al aceptar las cookies estamos permitiendo que ese sitio tome datos como el idioma de nuestro navegador, intereses en función de la ubicación, que se guarde o no nuestro usuario, etc. Esto también beneficia al usuario para lograr acceder a cierta información o evitar tener que poner el nombre de usuario la próxima vez que vaya a acceder, en caso de que se trate de algún tipo de registro.
Entre otras cosas pueden recopilar información de nuestros gustos. Pongamos que estamos visitando un comercio electrónico para comprar un teléfono móvil. Pueden recopilar datos sobre determinados dispositivos que hemos buscado para ofrecernos publicidad orientada.
En la actualidad las páginas están obligadas a mostrar ese mensaje de advertencia, donde nos indican que pueden utilizar cookies. Esto no significa que antes no existiera y que no las usaran, sino que ahora tienen que avisar.
¿Son malas las cookies?
Hay que partir del principio de que hay diferentes tipos de cookies. Las hay que se almacenan en nuestro equipo, las hay que se recopilan en la parte de la página que visitamos. Algunas son de seguridad, de usuario, recopilan intereses, páginas visitadas, personalización de la interfaz, etc.
Muchos usuarios pueden creer que las cookies son malas. Que sirven para robar información o que pueden acceder a su equipo al recopilar datos. Lo cierto es que son más bien una herramienta que está presente en Internet para permitir que un sitio web cargue más rápido, evitar tener que iniciar sesión siempre que entramos en un sitio como puede ser una red social, así como mantener los productos que hemos añadido al carrito de compra en una página aunque cerremos esa ventana.
Las cookies son archivos temporales que pueden durar más o menos tiempo. Podemos configurarlas, usar herramientas para bloquearlas, borrarlas cuando queramos… El problema puede llegar principalmente cuando recopilan datos personales sin avisar al usuario. De ahí que tengamos que aceptar o no a la hora de navegar por una página que puede recopilarlas.
Son por tanto pequeños archivos que pueden servir para que recopilen datos personales, para que sepan un poco más sobre qué tipo de usuario entra en una web o utiliza un servicio en Internet. Así también pueden lograr una mejora en lo que ofrecen, pero esto podría afectar en cierta medida a la privacidad de los usuarios. No son peligrosas, como hemos visto, pero es información que estamos ofreciendo a terceros y que en muchos casos los usuarios quieren evitar.
TIPOS DE COOKIES SEGÚN SU FINALIDAD
* Técnicas: controlan el tráfico, identifican sesiones, almacenan contenidos…
* De personalización: idioma, tipo de navegador, configuración regional.
* De análisis: siguen el comportamiento de los usuarios para medir actividad del sitio.
* Publicitarias: permiten la gestión de espacios publicitarios que el editor incluyó en web.
* De publicidad comportamental: crean un perfil específico del usuario.
Cómo borrar las cookies en el navegador
Después de explicar que hay diferentes tipos de cookies y que no necesariamente son un peligro para la privacidad, vamos a explicar qué pasos debemos dar para borrarlas en el navegador. Esto nos ayudará a mantener siempre limpio Chrome, Firefox o cualquier programa que usemos.
Lo que tenemos que hacer en el caso de Google Chrome es entrar en el menú de arriba a la derecha (los tres puntos), vamos a Configuración, entramos en Privacidad y seguridad y una vez aquí buscamos el apartado de Borrar datos de navegación.
Una vez estemos dentro hay que marcar la casilla de Cookies y otros datos de sitios. De forma predeterminada también vendrán marcadas las casillas de Historial de navegación y de Archivos e imágenes almacenados en caché. Podemos marcar todo o solo lo que nos interese y le damos a Borrar datos. Automáticamente los eliminará del navegador.
En definitiva, las cookies están muy presentes en nuestro día a día. Por sí mismas no son algo negativo para nuestra seguridad o privacidad. No obstante, es una realidad que almacenan datos. Esto hace que pueda ser útil eliminarlas periódicamente. Lo podemos hacer de una manera sencilla en los navegadores modernos.
Fuente:
www.redeszone.net
www.yoseomarketing.com
www.control-parental.es
www.maestrodelacomputacion.net